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martes, 1 de mayo de 2012

Oración del francotirador

Soy un especulador, 
observo tranquilo en la sombra, 
cual francotirador de un solo tiro, 
silencioso y preciso.

Mi trabajo empezó, 
mucho antes de estar en este sitio.

Ya conecté mi alma con el cuerpo, 
mi respiración es un solo latido.

Ya planifiqué donde pongo mi mira 
y donde tengo la huida.

Mi trabajo es vigilar 
sin cansarme en la espera. 
Mi mente se mantiene clara, limpia y concisa, 
truene, haga calor o llueva.

Yo soy una roca en medio de la tempestad: 
dura, inquebrantable e inamovible.

Yo soy un junco en medio de la brisa: 
suave, rapido y flexible.

Al acechar mi objetivo, 
no mantengo prejuicio, 
de por donde aparecerá el destino.

Siempre hay un camino, 
pero yo soy el camino.

Siempre hay un pecado, 
pero yo soy la virtud.

A la hora de la suerte suprema, 
es hielo lo que corre por mis venas, 
y aún así, a la hora de matar: mato.

No pienso ni padezco, 
no dudo, solo hago mi trabajo.

Disparo, recojo y vuelvo a la sombra.

Yo soy un especulador, 
observo tranquilo en la sombra, 
cual francotirador de un solo tiro, 
silencioso y preciso.


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